ESTADO CHILENO Y PUEBLO MAPUCHE
¿Son los mapuches los primitivos? |
Es tiempo de re-conocer la historia de América y aceptar que este continente fue invadido por gente que trató de dominar a sus habitantes a través de todo tipo de métodos violentos, lo que refleja formas de comportamiento primitivo, no civilizado. Sí, es tiempo de re-conocer la historia de América y sus habitantes antiguos, que fueron invadidos, masacrados, robados, por invasores ávidos de riqueza. |
Por Elba SOTO* I Lunes 28 de Enero de 2008
Hoy, son muchas las chilenas y muchos los chilenos que se sensibilizan frente a la causa Mapuche, a pesar de conocer muy poco sobre ella. Esa falta de conocimiento es producto de una política gubernamental que ha tratado de ignorar a los mapuche y otros indígenas presentes en Chile, evitando que la palabra, que la memoria del mapuche circule en los medios de comunicación, tornándolo invisible a través de la represión, esforzándose por integrarlo al país como un chileno más. Siendo así, la visión que el chileno ha tenido y tiene del mapuche es consecuencia del desconocimiento y de la imagen que durante casi dos siglos se le ha entregado sobre este pueblo.
Como consecuencia de esa política se estabilizó un discurso de silenciamiento y negación de los mapuche, que se visibiliza como la actitud prejuiciosa de muchos chilenos, que producto del desconocimiento y la información tendenciosa, contraria a los grupos indígenas, hacen que éstos se nieguen a tratar de conocerlos. Es habitual escuchar, “yo sé todo sobre los mapuche”, “he tenido empleadas y empleados mapuche”, “he viajado al sur, los he visto”, “los he escuchado, los conozco bien”. Todo eso, como veremos, es producto del discurso hegemónico, que induce a la interpretación de sentidos que significan al mapuche como un primitivo, un ignorante, un flojo, etc. Discursos estabilizados a través de los siglos de contacto entre los mapuche y otros pueblos que llegaron a sus tierras, a quienes el mapuche denomina winka. A eso podríamos agregar otros discursos más actuales donde se habla de que hoy sólo existen “descendientes de los indios”, porque “los puros ya murieron”, que “los indios ya se acabaron”, etc.
Todo lo señalado anteriormente contribuye al desconocimiento de la historia del Pueblo Mapuche, por lo cual es importante decir que con su asimilación al Estado-nación chileno en 1881 este pueblo fue despojado de su territorio y de su calidad de nación y que a partir de esa fecha existe una historia de lucha del Pueblo Mapuche por la reivindicación de sus tierras, su cultura y sus derechos como nación – lucha más intensa y persistente en las últimas décadas – que ha tenido como resultado la pérdida de la invisibilidad de los mapuche ante los ciudadanos chilenos, que en estos días los re-conocen, ya no más como araucanos, sino como mapuche, su autodenominación, y que poco a poco comienzan a re-conocer, a respetar a este pueblo y a comprender y apoyar sus luchas.
En ese contexto, no nos asombra ver la indolencia del Estado frente al futuro de Patricia Troncoso, una comunera mapuche en Huelga de Hambre por más de cien días, que está al borde de la muerte. Observamos como el Estado permanece silencioso y al mismo tiempo las manifestaciones de apoyo a está gran mujer son fuertemente reprimidas y mal informadas. Frente a ese triste panorama, parece necesario responder la cuestión ¿son los mapuche los primitivos? Cuestión que en estos días surge como una pregunta dolorosa en las mentes de muchas ciudadanas y muchos ciudadanos chilenos.
Así, aquí realizo un pequeño ejercicio interpretando el discurso de Ernesto Wilhelm de Moesbach, para mostrar un ejemplo de como han sido y aún son significados los mapuche en el discurso de los winka (chilenos o extranjeros). A saber, Moesbach fue un misionero alemán que conoció a los mapuche y trabajó con ellos, desde la perspectiva de un intelectual culto, devotado al servicio de los indígenas que, sin embargo, como veremos, no consiguió liberarse de la perspectiva etnocentrista, donde el civilizado es el occidental, justificando así la imposición de las culturas exógenas de los civilizados y la omisión, el aniquilamiento de las culturas indígenas, entendidas como expresiones primitivas.
Para comenzar, es apropiado mostrar las palabras del padre Ernesto Wilhelm de Moesbach, cuando este misionero presenta su libro “Vida y Costumbres de los Indígenas Araucanos”, reimpreso con el título: “Testimonio de un Cacique Mapuche, Pascual Coña”, intentando darnos su percepción del Pueblo Mapuche. Él comienza tomando una afirmación de Havestad y escribe: “el misionero jesuita P. Bernardo Havestad dice en la introducción de su Gramática Araucana del año 1777: Como los Andes sobrepujan todas las demás montañas, así la lengua araucana supera todas las demás de tal modo que quien conoce bien el idioma araucano, ve todos los demás como en un espejo muy por debajo, y comprende claramente cuanto en ellos es supérfluo y cuanto les falta”.
A continuación Moesbach nos da su percepción y nos dice: “aunque se considere como exagerada esta fórmula, es un hecho innegable que la lengua mapuche, una vez vencidas las primeras dificultades ejerce una atracción irresistible sobretodo al amigo de los estudios lingüísticos por la absoluta regularidad de sus elementos morfológicos y sintácticos, por la increíble riqueza de expresión de sus verbos y, particularmente, por la inimitable precisión y concisión de que es capaz por medio de sus transiciones y partículas intercalares (de facto y estado, tiempo, afirmación y duda, movimiento y dirección, etc.). Esto último es lo característico del idioma araucano. Es verdad que carece en alto grado de la cristalización del pensamiento que se expresa por los sustantivos abstractos, pero aún así es incomprensible que la lengua de un pueblo de tan baja cultura haya podido llegar a una perfección técnica tan completa como se muestra en los capítulos de este libro”.
Moesbach toma las palabras de Havestad, que tanto en la forma como en el contenido de su discurso hace un caluroso elogio a la lengua mapuche o mapudungun y continúa su reflexión diciendo, “aunque se considere exagerada esta fórmula”, o sea, comienza dudando que alguien pueda creer en la posibilidad de que una lengua indígena muestre tal perfección, tanta que supere todos los demás idiomas, como dice Havestad. Recordemos que muchos lingüistas, antropólogos y otros académicos de las ciencias sociales, aún hoy cometen el error de llamar dialectos a las lenguas indígenas, como muestra de sus prejuicios, queriendo decir que los indígenas tienen dialectos, o sea, lenguas primitivas, distantes de las lenguas más evolucionadas. Luego, el mismo Moesbach reconoce grandes atributos a la lengua de los mapuche, cuando habla de la absoluta regularidad de sus elementos morfológicos y sintácticos, de la increíble riqueza de expresión de sus verbos y de la inimitable precisión y concisión de que es capaz por medio de sus transiciones y partículas intercalares.
No obstante, ese autor termina su comentario diciendo: “es incomprensible que la lengua de un pueblo de tan baja cultura haya podido llegar a una perfección técnica tan completa”. En otras palabras, él no puede comprender que un pueblo por él considerado de tan baja cultura haya sido capaz de desarrollar su lengua, el mapudungun, al punto de que esta lengua tenga una perfección técnica tan completa. Ahí tenemos una contradicción evidente, Moesbach reconoce que la lengua mapuche es muy evolucionada y contrariamente afirma que el pueblo mapuche es de baja cultura. ¿Cómo es posible que este sacerdote de gran erudición asegure que tal contradicción es posible? El mismo se defiende a priori diciendo que eso es incomprensible. Yo agrego que eso es inaceptable. Es más, lo único que puede sustentar esa aseveración contradictoria hasta el absurdo es la lógica etnocentrista de los invasores, que con una visión rígida propia del que quiere creer que él es el civilizado, se justifica de esa forma para imponer su cultura a los no civilizados, de forma incuestionable, eliminando todo lo que le parece extraño, porque no le es propio.
Como vemos, el significado de ese discurso sobre los mapuche, contradictorio en su forma, que pasa el sentido de que los mapuche son gente de “baja cultura”, poco evolucionados, primitivos, nos muestra la necesidad de cuestionar si es posible considerar civilizada la lógica de dominación que busca en la inferiorización del otro la justificación para someterlo y si no es posible someterlo, entonces, justifica aniquilarlo.
Es tiempo de re-conocer la historia de América y aceptar que este continente fue invadido por gente que trató de dominar a sus habitantes a través de todo tipo de métodos violentos, lo que refleja formas de comportamiento primitivo, no civilizado. Sí, es tiempo de re-conocer la historia de América y sus habitantes antiguos, que fueron invadidos, masacrados, robados, por invasores ávidos de riqueza.
Es necesario mostrar la versión de la historia de los indígenas y analizar los discursos de los winka para mostrar claramente cuales son los sentidos que ellos pasan, pues el habitante americano no indígena aún desconoce quienes eran esos pobladores de América antes de la llegada de Colón y su gente. Así, es necesario e inevitable escuchar esa versión de la historia, ese discurso, el discurso de los mapuche y dejar de hablar de ellos, dejar de hablar por ellos, negándoles el derecho a tomar la palabra. Sin duda, es tiempo de escuchar la voz de los mapuche, de aceptar que ellos tienen su memoria histórica y que esa memoria justifica sus reivindicaciones.
Infelizmente, la historia se repite una y otra vez. Aparentemente las cosas no cambian. Estamos iniciando el siglo XXI y muchos aún consideran que el indio es el primitivo. Con esa excusa se niega la voz al mapuche, se lo encarcela, se reprimen sus manifestaciones y se niega el derecho a sus reivindicaciones, como siempre, a través de la fuerza, justificando la violencia utilizada por el Estado para defender los intereses de los empresarios, situados en territorio mapuche. Con la ley antiterrorista se niega la libertad a los weichafe, a los lonko, a todo aquel que defiende la causa Mapuche.
Contradictoriamente, el Pueblo Mapuche no responde con matanzas los asesinatos a su gente. No arranca la vida a los winka. Creo que ese es uno de los puntos que hacen la diferencia y exigen re-pensar si son los mapuche los primitivos o los primitivos son aquellos que sin compasión utilizan la violencia para reprimir a los mapuche, o, simplemente, dejan morir a una mujer como Patricia Troncoso, mujer generosa y valiente, que acepta hasta perder la vida pacíficamente, luchando así por lo que ella cree que es correcto, la causa de su gente, la causa Mapuche / AZ
*Dra. en Educación por la Universidad Estadual de Campinas, Brasil.